Haz que sea sábado.
Una semana antes que las vacaciones de navidad comenzaran, Milo ya no quería ir mas a la escuela, la última semana despertaba con la idea fija de que ya no quería ir, y me decía que no fuera a trabajar, que votara el trabajo….ahí empiezas a explicar las razones por las cuales tu trabajas y las razones por la cuales él debe ir a la escuela, pero yo me sentía tan cansada como él y se me hacían largos los días esperando el deseado 21 de diciembre……
Las dos semanas que estuvo en casa lo vi disfrutar muchísimo, y aunque se levantaba cada día a las 6:45 de la mañana y me era difícil conseguir que volviera a la cama, estar cerca de él, me daba energía y sabia que en algún momento del día los dos iríamos a algún rincon de la casa a pegarnos una siestecita….
El problema fue cuando teníamos que volver de la casa de sus abuelos y ellos le deseaban un feliz regreso a clases, desde que entro a la escuela nunca lo vi llorar con tanta amargura por tener que ir , se me rompía el corazón, me pasaba mil películas, será que lo molestan, será que la profesora lo trata mal, será que no lo entienden, será que no estoy lo suficiente en casa…
Le dijimos que aun quedaba una semana de vacaciones, que estaríamos en nuestra casa y haríamos cosas juntos, aunque en realidad yo ya tenía que volver al trabajo pero Micha estaría con él. Milo se levantaba cada día diciendo la fecha, y terminaba la frase diciendo que el 9 de enero él no volvía a clases.
Micha trato de mil maneras, explicándole, haciendo compromisos, promesas, etc., pero nada él no quería saber nada, hasta que le dije, sabes que , no vas a ir a clases el 9 de enero, ni tampoco el 10 de enero tu tendrás dos días más de vacaciones , mamá se quedara contigo y en esos dos días tu tendrás que calmar tu corazón y aceptar que debes volver a clases, después de escucharme dejo de llorar y acepto el trato, el día 11 de enero se levanto temprano fue a nuestra habitación y dijo ya levántense tengo que ir a la escuela, hoy ya no es sábado.
